miércoles, 5 de septiembre de 2007

No a la violencia contra los animales

Al subir al ascensor, feliz de ir de regreso a casa, lo menos que esperaba era tropezarme con un individuo de esos que le jalan a cualquier persona que tenga un dejo de influencia o poder dentro de sus sitios de trabajo. El susodicho llevaba en las manos un grupo de películas DVD. Cuando mis compañeros le vieron el paquetico en las manos entre todos curiosearon rapidito el catálogo, dentro del cual se encontraba una con una foto de portada que mostraba un perro furioso atado a una cadena y con los buches sangrantes.

Al desgraciadamente haber volteado la mirada y tropezarme con aquella foto tan desagradable me invadió la ira. Soy bastante respetuosa de los gustos y opiniones ajenas; pero en este caso, y aunque  permanecí inmóvil para evitar cualquier discusión inútil, tuve ganas de patearle el estomago a este sujeto y luego hacer que se tragara entera la misma película.

Jamás podré entender porqué hay tanta gente que disfruta viendo sufrir, pelear y hasta morir a los animales, sobre todo a los perros, gallos y toros. No me vengan con argumentos culturales, sociales, de tradición griega y todo ese cuento porque en pleno siglo XXI no es admisible que el hombre patrocine, disfrute o defienda ninguno de estos eventos donde sufren los que los protagonizan y lo peor de todo es que son llevados a estos escenarios violentos en contra de su voluntad.

Señores que disfrutan con estas actividades sangrientas: por qué no organizamos, como ofrenda a la civilización romana y a el espíritu deportivo y cultural que ustedes profesan, una "fiesta" anual en la que lancemos a una especie de coliseo a ustedes para que compitan con armas y químicos letales (aprovechando la tecnología) y rendimos pleitesía al ganador. Claro, luego de este magno evento, el ganador deberá competir con otro y con otro. Y así hasta que llegue uno más ágil y le gane. Todo sea por satisfacer sus necesidades tan humanas de diversión. No sé de qué manera se les puede hacer entender que poner en peligro la vida de un animal es tan horrible como hacerlo con un ser humano. Son vidas las que corren riesgos no son objetos. La "superioridad" de la raza se supone que está en que podemos razonar. ¿Por qué ustedes no lo hacen?

Hay mucho que decir o mejor dicho que hacer para detener la matanza y experimentación con los animales. Discúlpenme el ánimo hoy. El tema realmente me entristece y me hace sentir que los seres humanos somos una basura.




Esta imagen la tomé de uno de los grupos que lucha por la defensa de los animales. Son muchas las organizaciones que se han formado para protegerlos y frenar el abuso pero la situación a veces me parece incontrolable. Ojalá no lo sea.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, caí acá por casualidad. Hace mucho que no retomas la escritura parece. No le niegues al mundo tu prosa!! me alegro de que exista gente que ame a los animales incondicionalmente.
Saludos!

Adriana.